La portada o también conocida como carátula del disco es la parte delantera del envoltorio que funciona como protector del material que contiene la música grabada. Suelen mostrar ilustraciones o fotografías, que a menudo se incluyen dentro en una especie de álbum junto a las letras de las canciones y mensajes de los artistas, que se constituyen en una importante herramienta de mercadotecnia y en objetos apreciados por los compradores y coleccionistas.
Hoy en día, al pensar en una ilustración de inmediato se nos viene a la mente la potente plataforma del diseño publicitario y el uso del Photoshop. Sin embargo, no siempre fue así. El diseño computarizado se empezó a utilizar en los años 90, antes de eso realizar una carátula era todo un trabajo artístico, requería montar un escenario con iluminación, emplear maquillista, decoración de ambiente, escenografía o buscar un paisaje o locación para realizar una buena foto. El proceso de elaboración era largo, la creatividad por parte de los diseñadores era fundamental a la hora de elaborar la carátula; sin embargo, ante la avalancha de producciones las ideas se agotaban, era necesario y preciso idear alguna estrategia de marketing que sirviera para impulsar la venta del disco.
Si echamos un vistazo a la colección de discos antiguos de nuestros padres o abuelos con seguridad encontraremos un montón de cosas curiosas y hasta cursis. Esto debido a que en el pasado los álbumes de música no eran diferentes a las revistas, es decir, buscaban vender y aplicaban un lema: “Ponga una mujer bonita en la cubierta del álbum y usted puede vender cualquier clase de música”.
Las cubiertas o tapas de los álbumes con contenido sugestivo, se remontan al siglo pasado. Esta técnica comercial, muy popular, es conocida en el mercado americano como “Cheesecake Record Cover” y consistía en lucir en las portadas de los álbumes imágenes de mujeres escasamente vestidas, en posiciones sugerentes y títulos con frases pícaras. Fue adoptada de algunos magazines, que a su vez copiaron la práctica de la publicidad de algunos productos, como cajas de fósforos, que se caracterizaban por incluir en sus diseños mujeres hermosas con poco o nada de ropa. La estrategia fue empleada por muchas compañías discográficas en los Estados Unidos y Reino Unido, entre las décadas de 1940 y 1950, sin embargo, su popularidad se consolidó diez años más tarde a raíz de la coyuntura social y la aparición de movimientos contraculturales de liberación como el hipismo y liberación femenina.
Al revisar el contenido de estos materiales discográficos encontramos que en sus inicios recopilaban una selección de canciones para adultos, narraciones con alto contenido sexual y consejos eróticos para que las amas de casa “tuvieran un matrimonio más feliz”. Con el tiempo fue notorio que esta polémica estrategia obtenía los resultados deseados, por lo tanto fue aplicada también para ilustrar algunos álbumes de Jazz americano de la época.
CHEESECAKE COVER EN LA SALSA
En el mercado actual existen muchos long plays que poseen carátulas bien elaboradas, ingeniosas y divertidas, exhiben diseños hilarantes sin necesidad de llegar a lo pornográfico, pero también están aquellos discos cuyas portadas, al tratar de mostrar un concepto llamativo, han caído en lo absurdo y en lo ridículo.
La técnica del “Pastel de queso” en las portadas fue aplicada en los álbumes de varios géneros musicales, como por ejemplo el rock, que posee carátulas con arte extraño y escabroso. De hecho, algunas de estas tapas hoy en día siguen resultando muy impactantes por su contenido, cito como ejempo, “Unfinished Music No.1: Two Virgins” el primer álbum experimental publicado por John Lennon y Yoko Ono el 29 de Novembre de 1968, con el respaldo del sello discográfico Apple Records En la carátula aparecen ambos desnudos, lo que generó que fuera vetado en varios países del mundo. Esta portada fue un escándalo en su momento y el álbum se distribuyó dentro de una funda de papel marrón con un recorte ovalado que permitía ver tan sólo las caras de la pareja. Las copias del álbum serían embargadas por obscenas en algunas jurisdicciones de Estados Unidos, por ejemplo 30.000 de ellas en Nueva Jersey.
El mercado latino no fue la excepción. Adoptó la técnica a sus producciones con el mismo fin en los años 60 y 70, pero tomo mayor protagonismo durante la época de la salsa romántica.
Quien se encargó de introducir esta tendencia publicitaria en la música caribeña en todo Hispanoamérica fue Discos Fuentes de Colombia, pionera de la industria fonográfica en el país cafetero. Esta disquera estaba especializada en música tradicional, popular del género tropical y folclórico; a su vez es una de las más antiguas de América Latina. La disquera colombiana usó esta tendencia a principio de los años 60 con la producción “14 Cañonazos Bailables”, una compilación con los mejores éxitos de cada año. Junto a ella también utilizaron la estrategia otras casas disqueras como Discos Embajador, Uniart, Infopesa, Musicor Records, Velvet Records, Hi-Fidelity, Fania Records, Inca, Codiscos Zeida Ltda , Virrey, Combo Records, Seeco, Gilmar, entre otras.
Discos Fuentes no solo utilizó la figura femenina en las portadas. Siguiendo la tendencia de otras disqueras que también incluyeron desnudos masculinos como “Cotique” en aquella producción de TNT Band llamada “Sex Symbols” del año 1969 o la disquera Uniart que publicó la producción “El Nuevo Montuno Llegó” de Roberto y Su Nuevo Montuno en 1970. Fuentes lo hizo con el disco de Fruko y Sus Tesos llamado “Ayunando” lanzado al mercado en 1973 y donde figura el mismo Fruko desnudo en la portada y contraportada del álbum.
Sabemos que los diseñadores son los encargados de la parte artística de los discos. Ellos con su importante contribución a lo largo de la historia de la salsa le han dado una imagen específica a la producción musical, incluso son responsables de desarrollar el estilo y temática de cada solista o agrupación.
Existen agrupaciones o solistas que siguen una tendencia definida en sus portadas. Por ejemplo, La Sonora Ponceña, que en el pasado utilizó una expresión de fantasía creada por el equipo de diseñadores conformado por Ron Levine y Marshall Lee, esta dupla trabajó una carátula en la que se ve una representación del conquistador Juan Ponce De León con armadura de cuerpo completo, una guitarra en la espalda y una maraca en la mano, este álbum fue lanzado al mercado en 1972.
Estas creaciones que surgieron de una idea inicial de la representación del conquistador español, fueron mutando y se convirtieron en tema de diversas carátulas que contaban no sólo historias fantásticas de ficción relacionadas con la música sino que le cambiaron la imagen tradicional al álbum latino, porque incluía en las portadas a bárbaros, guerreros y conquistadores en situaciones de festejo tropical.
Sin embargo, no todas las carátulas de La Sonora Ponceña fueron representaciones de guerreros. Hubo un álbum que causó mucha controversia y que incluso produjo una ligera discusión entre Papo Lucca, director de la orquesta, e Inca Records, la disquera. La producción se llamó “Birthday Party” y fue lanzada al mercado en 1993, el inconveniente se produjo debido a que en este álbum se aplicó la técnica del Cheesecake Record Cover cambiando toda la visión gráfica de una orquesta del peso y trayectoria de La Sonora Ponceña. ¿Qué ocurrió? Muy sencillo, el departamento de arte y diseño de la disquera implementó una tendencia que fue muy popular en los años anteriores, y que fue considerada el boom en los 80 con la aparición de la salsa romántica.
En la década anterior, muchas casas disqueras, para incrementar sus ventas, tuvieron que recurrir a la estrategia de mostrar desnudos artísticos y obscenos en la portadas para captar de esta manera la atención de los consumidores que en su mayoría era público masculino. Sobre este tema puede leer ampliamente en el libro “Cultural Encyclopedia of the Breast” o con el título en español “Enciclopedia de la Cultura De La Mama” de la escritora Merril D. Smith, publicado el 08 de Septiembre de 2014.
Los cheesecake record covers nacieron como una efectiva estrategia para llamar la atención de los consumidores e impulsar las ventas de álbumes. Sin embargo con el paso del tiempo, los cambios culturales propios de cada época y la aparición de distintas formas de distribuir consumir música, los han convertido en una expresión artística singular y curiosa. Su uso e influencia llegaron a ser tan importantes que los han convertido en objeto de análisis antropológico y en objeto de deseo para ávidos coleccionistas. Sea como sea, los cheesecake records covers enmarcaron una época en la historia de la música. Nuestra región no fue ajena a dicho fenómeno, ejemplos magníficos de este tipo de portadas adornan las estanterías de reputados coleccionistas, y cómo no, en las colecciones de música tropical de nuestros padres y abuelos.
0 comentarios:
Publicar un comentario