LAS TUMBAS DEL INCOMPRENDIDO: UNA HISTORIA DE SALSA FICCIÓN



Por: José Ortiz Charriez

¡Saludos habitantes del Planeta Salsa! Hoy quisiera presentarles una historia dentro de un género que he llamado “Salsa Ficción”, en el mismo combino datos históricos y ficticios. En esta primera narración conoceremos sobre la amistad entre dos grandes, el Sonero Mayor, Ismael Rivera y el cantante-compositor Félix Manuel Rodriguez Capo, mejor conocido como Bobby, quien grabó más de cuatrocientas canciones con diversas orquestas y grupos como Noro Morales, Xavier Cugat, y la Sonora Matancera y a su vez compuso más de dos mil canciones. Maelo fue uno de los intérpretes más grandes de Bobby, entre algunos de los temas que cantó se encuentran: “El Negro Bembón”, “El Incomprendido”, “Sale el Sol” (Dormir contigo), “Monta Mi Caballo”, “Ella No Merece Un Llanto”, “Quiero a Mi Pueblo”, “Que Seria De Mí”, “Si Te Cojo”, “Las Tumbas” y “Que te pasa a ti”, temas considerados no solo clásicos de Maelo sino también de la Salsa. De esa relación surge la idea de esta historia de Salsa Ficción. La historia dice así, espero la disfruten.

La amistad de Bobby y Maelo comenzó mientras hacían presentaciones con sus respectivas orquestas, ambos cantantes, jóvenes, bien parecidos, grandes bailarines y negros, aunque Bobby era un poco más mulato. La primera vez que se conocieron fue en un hotel de la capital donde Maelo confrontaba problemas para reservar habitaciones para sus músicos, Bobby se percató de la situación y lo llamó a parte, “Maelo, déjame esto a mi, no te quieren alquilar porque son negros, yo paso más por blanco que tú así que permíteme hacer la reservación”. Así lo hicieron y desde ese momento nació, más que una amistad, una hermandad que perduró toda la vida.

Pasaron varios meses y un día Bobby recibe una llamada telefónica, al contestarlo se percata que era Maelo, “¿qué te pasa Maelo? estás muy alterado”, a lo que este respondió: “Bobby, hermano estoy en un serio problema, acabo de llegar de un viaje con la orquesta, nos detuvieron en el aeropuerto y nos encontraron droga”. “¡¿Cómo?! ¿a quién más arrestaron?”, “solo a mí” respondió Maelo, “yo dije que todo lo que había era mío, que mis amigos no tenían nada que ver”. Bobby inmediatamente preguntó, “¿por qué hiciste eso, ahora vas a pagar tú sólo? “Tú sabes cuánto yo quiero a esos negritos, ellos son la melaza que ríe y que canta, no quise que les tocara el llanto, además el Nazareno siempre me ha enseñado a hacerle bien a mis amigos para que lo malo nunca se me acerque”. “Pues ahora sí que vas a necesitar mucha ayuda del Nazareno, que El te cuide y te bendiga”, respondió Bobby.

Maelo fue condenado a cinco años de prisión, un día Bobby lo fue a visitar y al verle solo pudo decir: “Maelo, que flaco estás, ¿que está pasando?, ¿cómo te sientes?, “Bobby”, contestó Maelo, “estar aquí es como estar en una tumba, y las tumbas son pa' los muertos y yo de muerto no tengo na', ya quiero irme de aquí, cada noche al acostarme pienso, ¿cuándo, yo saldré de esta prisión que tortura mi corazón? ¡Bobby! si sigo aquí, enloqueceré. Vivir aquí es como una crucifixión, todo es monotonía, es un cruel dolor, te digo hermano que si sigo aquí enloqueceré”. Bobby respondió: “recuerda que el Nazareno siempre está contigo y Él te cuidará”, con esas palabras Bobby se despidió luego de un fuerte abrazo que pareció interminable.

El tiempo pasó y Maelo cumplió su condena, el día que fue liberado Bobby lo fue a buscar, ahora necesitas descansar por un tiempo, pero voy a ir llamando algunos contactos para que cuando te sientas preparado retomes tu carrera artística”. Al cabo de varios meses Maelo estaba de vuelta con su orquesta presentándose en diversos lugares sintiendo el calor y el cariño de un público que lo había extrañado por demasiado tiempo. En una de esas presentaciones llegó Bobby, en un aparte se sentaron a compartir y hablar de lo bien que les iba en la música. De pronto Maelo cambió la mirada y le comentó a Bobby, “Mira quien viene ahí, no lo puedo creer, esa mujer ha causado en mi tremenda impresión”. Bobby igualmente miró y comentó: “¿tú estás loco? esa era la esposa de Don Daniel la madre de su hijo, yo tú ni la miraba porque eso te va a traer problemas y eso es lo menos que necesitas ahora”. “Lo sé Bobby, lo sé, pero es que cuando la veo caminar me parece como si estuviera viendo una gata montesa, ella sabe que me gusta y se me acerca convertida en gatita, yo creo que mi destino es quererla y seguirla hasta la muerte”, contestó Maelo refiriéndose a Gladys una conocida bailarina que había cautivado su corazón. “Yo insisto que esa relación solo traerá problemas” repitió Bobby. “Agradezco el consejo, pero llegó tarde”, “en serio que tú estás loco” respondió Bobby a lo que Maelo contestó, “yo sé que me van a juzgar, me van a condenar, cuando me vean con ella”. Un alterado Bobby dijo: ¡Claro que te van a juzgar es que estás jugando con fuego! Maelo lo miró fijamente y le dijo: “te acuerdas cuando estuve en la cárcel como me sentía y como me veía…pues quiero decir que esa mujer levantó un hombre vencido, antes que me condenen es bueno que sepas que con ella descubrí que aún estoy vivo”. “Desde que la conocí soy millonario en amor y soy feliz, bien feliz, así lo grito para que el mundo sepa, que Maelo es feliz.

Luego de aquel encuentro los amigos se encontraron en muy pocas ocasiones, los compromisos artísticos se encargarían de forzar la separación y varios años más tarde la vida se encargaría de separarlos en este plano físico. Pero la historia de no termina aquí, la misma continúa en el plano espiritual, allí volvieron a encontrarse estos dos grandes Bobby poniéndole letra a la vida de Maelo y este, soneando sobre la musa de Bobby, ¿sobre qué estarán cantando? Solo el Nazareno lo sabe.

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