LIGIA ELENA, LA CANDIDA NIÑA DE LA SOCIEDAD

Concierto en Cali (2006)


Por: Juana Peña

‘Ligia Elena’ fue escrita a principios de los 70 por Rubén Blades con la colaboración de su viejo amigo, el médico panameño Roberto Cedeño (el compositor de Viño Añejo). Casi diez años después de su creación fue lanzada al mercado en un disco de vinilo, y esta es su historia:

A inicios de los 70, Roberto Cedeño y Rubén Blades, amigos desde siempre, sintieron el impulso casi simultáneo de componer canciones que relataran situaciones reales, conocidas y vividas por ambos en las que se graficaran los conflictos deparados por el desdén y el despecho urdidos en la discriminación social.

Roberto estaba escribiendo una canción que relataba el amor imposible entre dos personas de distintas clases sociales. Gracias a sus padres, conoció la historia de un cantante famoso que tuvo un idilio con una dama de la sociedad panameña en los años cuarenta, y el escándalo y desgracia que significó para algunos que ese romance se fortaleciera con la llegada de un hijo, que creció entre las murmuraciones de la alta sociedad de la época que, a pesar del tiempo, no concebía dicha relación.

Un mediodía, mientras Roberto estaba estudiando para rendir un examen en la facultad de Medicina, llegó Rubén al balcón de su casa y lo silbó, como era ya habitual. Entonces Roberto le pidió que subiera y le mostró un par de hojas en los que había estado rayando vanamente las líneas de una posible letra para el tema. Le contó que había estado concentrado estudiando y que no había podido armar bien la historia, pero tenía claro los personajes: un trompetista negro, sin un real en los bolsillos y una chica rubia de la ‘high’, de grandes ojos turquesa y con una gran sensibilidad por la música. Entonces, Rubén sonrió y dijo: ‘Voy a meterle letra y a lo mejor nos sale algo’.

Ese mismo día en la noche, Rubén volvió a casa de Roberto Cedeño y le mostró gran parte de la letra escrita por él de lo que hoy se escucha como el psicodrama social, llevado al danzón. Así nació Ligia Elena, la cándida niña de la sociedad.

El tema inicialmente iba a llamarse ‘El Trompetista’, pero como la historia gira en torno a una chica, le pusieron ‘Ligia Elena’. El nombre fue tomado de una famosa lanchona gasolinera que hacía la travesía por la bahía de Panamá, hasta la isla de Taboga. La lanchona fue bautizada así en honor a la hija de un pomposo miembro de la clase alta panameña que al parecer había donado dinero para ese navío.

Esta embarcación fue tan famosa en su tiempo que existe una tonada y un tamborito tradicional panameño que hacen alusión al nombre de Ligia Elena.

Tamborito:

Ajé morena, y ajé sirena…
Me voy en la Ligia Elena
Ajé sirena y ajé morena…
Me voy en la Ligia Elena,
De todas las gasolinas me gusta más la Pandora
Porque es la que más camina y llega pronto a Taboga
Y Ajé morena, y ajé sirena…
Me voy en la Ligia Elena

Tonada:

Me voy en la “Ligia Elena”
Esta noticia a llevar
A todas partes del mundo :
Que ahora es mío este Canal! …
Repiquen repicadores
tután, tucutá, tutá. . .
Bailen niños este punto
En el barco de cristal,
Navegando por los mares,
Pasando por el Canal.
Señañá, Señañá mía …
tután, tucutá, tutá …

Incluso, el nombre también lo llevó un navío de la marina militar panameña que, entre otras cosas, se dedicaba a perseguir barcos contrabandistas llenos de sorpresas en sus bodegas. En ella también se efectuaron múltiples giras médico-asistenciales hasta lugares muy distantes de las costas de Panamá.

El tema, inicialmente, iba a ser incluido en el exitoso disco ‘Siembra’ (1978) en ritmo de merengue, pero fue descartado, finalmente se imprimió en ‘Canciones del Solar de los Aburridos’ (1981), el tercer álbum realizado por la dupla Colón-Blades.

La canción tuvo tanto éxito que sirvió de inspiración para que el escritor y periodista venezolano César Miguel Rondón, escribiera la trama de una telenovela juvenil que llevó el mismo nombre y que salió transmitida por la cadena Venevisión en 1982.

Según Roberto Cedeño, Ligia Elena existió; tiene para Rubén Blades y para quienes la conocieron, nombre propio y cara propia en la realidad; sin embargo, por respeto a la dama, durante la entrevista conmigo decidió reservarse el nombre (tal como ocurrió con la protagonista de Vino Añejo) historia que ya conté anteriormente en otra entrada


Fuente: Entrevista con Roberto Cedeño concedida para este blog.
Libros consultados como apoyo para redactar esta historia: “Blades, La Calle del Autor”, “Las Tonadas y Los Cuentos de la Cigarra” y “Revista La Lotería” año 1972.

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